LA CENICIENTA REGRESA AL PRINCIPAL

LaMov cía de Danza regresa en enero al Teatro Principal de Zaragoza con la magia y el encanto de La Cenicienta. El público zaragozano tendrá una nueva oportunidad de probarse el zapato de este clásico que ya ha pisado medio centenar de teatros, como el Jovellanos de Gijón, el Fernán Gómez de Madrid, el Arteria de Bilbao o el Auditorio de León.

En el espectáculo de La Cenicienta que pone en escena LaMov se unen la narración de Perrault, la partitura de Prokofiev, la escenografía del pintor Pepe Cerdá y la coreografía de Víctor Jiménez, director de la compañía. Se trata de una propuesta artística conjunta, -literatura, música, pintura y danza-, que plantea una reflexión sobre la naturaleza humana y su búsqueda íntima de la felicidad.

El ballet clásico y la danza neoclásica se combinan en esta versión de La Cenicienta. Toda la delicadeza que es capaz de expresar el cuerpo humano al servicio de un cuento clásico.

“La Cenicienta supuso enfrentarnos por primera vez a un clásico, y ahora se puede decir que es una de las producciones fetiche de la compañía, porque supuso para nosotros una nueva conexión con el público y ha sido un gran éxito”, explica el director de LaMov, Víctor Jiménez. “La Cenicienta es otra de las producciones que viene a demostrar la versatilidad de LaMov y la capacidad del cuerpo de baile para adaptarse a todo tipo de lenguajes y registros técnicos”, subraya. “Quisimos escenificar el clásico de una manera rompedora y bella a la vez, ofreciendo un espectáculo nuevo de manera que, aunque es un cuento que todo el mundo conoce, está lleno de sorpresas”, apunta el director de LaMov, quien destaca la modernidad del clásico: “La Cenicienta que aquí aparece es un personaje nuevo, con los pies en la tierra y con capacidad de decisión”.

Los personajes que aparecen en La Cenicienta encarnan valores y contravalores de nuestra sociedad y van desgranando el discurrir de la historia. A través de este relato se nos habla de la soledad, de la envidia, de la empatía, de la solidaridad, del afán de superación personal, del amor, de la esperanza y de la búsqueda de uno mismo a través de la fantasía, del sueño y de la ilusión.