LA CENICIENTA
LA CENICIENTA
VICTOR JIMENEZ
Dirección y Coreografía:
Víctor Jiménez
Arte y Escenografía:
Pepe Cerdá
Música:
Sergéi Prokofiev
Asesoría didáctica:
Mª Jesús Cruz
Vestuario:
Víctor Jiménez
Realización audio y vídeo:
Fernando Gil Mas
Diseño de luces:
Sergio Alejandro Pedroza
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LA CENICIENTA · COREOGRAFIA DE VICTOR JIMENEZ![]() Fotografía de Mikel Pikabea La Cenicienta es la primera vez en que LaMov se enfrenta a un ballet clásico. A la narración de Perrault se unen aquí la partitura de Prokofiev, la escenografía a cargo del pincel de Pepe Cerdá y la coreografía de Víctor Jiménez, director de LaMov en una propuesta artística conjunta, -literatura, música, pintura y danza-, que plantea una reflexión sobre la naturaleza humana y su búsqueda íntima de la felicidad, concluyendo que no siempre se halla donde se la pretende. Los personajes conocidos encarnan valores y contravalores de nuestra sociedad y van desgranando el discurrir de la historia. A través de su relato nos hablan de la soledad, de la envidia, de la empatía y la solidaridad, del afán de superación personal, del amor, de la esperanza y de la búsqueda de uno mismo…a través de la fantasía, del sueño y de la ilusión. Dividida en dos actos, en el primero se nos presenta una Cenicienta entregada a un destino sin esperanza, sometida a la envidia de sus hermanastras y vencida ante la ira y la soberbia de una madrastra que proyecta en sus hijas sus deseos frustrados de alcanzar el reconocimiento social y la opulencia mediante la conquista de un príncipe. Con la ilusión de asistir a su primer baile, Cenicienta cierra este primer acto, con la promesa de disfrutar, por un tiempo limitado, de la felicidad que se le brinda. Su aparición, diferente a las demás, despierta la sensibilidad del príncipe, quien le declara su amor; pero el tiempo transcurre y Cenicienta vuelve a su realidad, dejando un zapato como prueba de que lo vivido no ha sido un sueño. “Érase una vez…” Así comienza la mayoría de los cuentos clásicos que todos conocemos. Con “… fueron felices y comieron perdices” suelen terminar. ¿Pero es cierto que así es la vida? El descubrimiento de caminos alternativos hacia la plenitud personal pone fin a esta propuesta artística de LaMov.
Habría muchos puntos comunes entre la danza y la pintura. Pero el más relevante para mí sería el modo en el que los bailarines parecen ser llevados sin esfuerzo por sus pies. Del mismo modo que cuando se está pintando de verdad es cuando la mano va un instante antes que la cabeza. Cuando sólo es un juego. Cuando la Pintura es lo que ella quiera ser. Cuando la brocha parece guiar a la mano. Cuando el pintor sólo obedece al tacto del extremo de las cerdas del pincel. |